Para hacer redonda la visita a toda ciudad hay que acercarse a sus mercados. Independientemente de que seas o no un sibarita gastronómico, en ellos es donde el pulso de la urbe suele ser más palpable que en ningún otro lugar: vendedores que cantan con gracia su mercancía; coloridos puestos de fruta y verdura que nos permiten comparar precios y usos con los de nuestros mercados; lugareños que van a comprar los ingredientes de su despensa y charlan con su pescadero de toda la vida mientras tú intentas captar algo de la conversación; puestos de rica comida callejera... Una explosión de olores, colores y sentidos que toda persona disfrutona de la vida aprovechará sin duda intensamente.
Al llegar a la ciudad de Palermo las guías anunciaban varios mercados locales, uno de ellos y el más conocido, es el de La Vucciria, el mayor y más frecuentado por los turistas. Pero el instinto nos hizo fijarnos en un mercado de barrio, el denominado "mercado del pueblo", cuyo apodo es más que merecido. Se trata del Mercado del Capo, existente desde la dominación árabe de la ciudad, de ahí que conserve el intrincado y laberíntico aspecto de un zoco. Desarrollado en un cruce de calles que tiene como eje principal la Vía Porta Carini y la Vía Beati Paoli, el paseo por ellas fue uno de mis días más divertidos en la ciudad de Palermo, mirando, tocando, oliendo, comiendo... gozando al fin y al cabo.
En
el sentido de las aguas del reloj: 1. cucuzza 2. berenjenas
sicilianas
3. tomates variedad casalino
4. flores de calabacín (un manjar rebozadas y fritas)
3. tomates variedad casalino
4. flores de calabacín (un manjar rebozadas y fritas)
Mis ojos iban y venían continuamente entre tanta variedad de productos: verduras y frutas, pescado y carne fresca, frutos secos, aliños de aceitunas y verduras. Lo que más me llamó la atención fueron la variedad de calabacines, calabazas y berenjenas que nunca antes había visto: como la curiosa cucuzza, que pensaba que era un calabacín "crecidito", pero se trata de una calabaza de verano típica de Sicilia; o la bonita y coqueta berenjena siciliana, de forma redonda y color mucho más claro que la que encontramos por aquí, y me imagino el secreto de esas caponatas sicilianas tan ricas (por cierto, la que comí en un sencillo puesto de este mercado fue la mejor de todo el viaje). Mi madre al ver las fotos dice que recuerda en su niñez que ese tipo de berenjenas las cultivaba mi abuelo, pena que estas cosas se pierdan. Una curiosidad, los tomates variedad casalino también se llaman "tomates spagnoletta".
Me sorprendió también la cantidad de especias simples y compuestas para preparar pasta de todo tipo, los preparados llevaban el nombre de la receta resultante. Una de mis adquisiciones fue una gran bolsa de tomates secos que al llegar a casa confité en aceite con especias y que tienen un montón de usos: ensaladas, pastas, masas...
Mis tomates en aceite
Y después de tanto mirar y tanto salivar, quién puede resistirse a no adentrarse en un puesto de comida callejera, sentarse a contemplar a las gentes que pasaban, en su mayoría lugareños, y llenar el estómago con ricos tentempiés, como los arancini, que he comido sin parar en Sicilia. Este bocado callejero en forma de bola de arroz frita rellena de varios ingredientes (los más ricos los de ragú), está presente por toda la isla. Otra comida callejera típica, le panelle, algo tan sencillo como una masa frita de harina de garbanzos con hierbas aromáticas. Y qué decir de los helados... el pistacho, la almendra y los higos son los frutos sicilianos más abundantes, imaginaros las combinaciones dulces hechas con ellos.
Y ya para concluir, amigos, solo espero que leáis este post ya comidos, por pura compasión...
En el sentido de las aguas del reloj: 1. panelle con hierbas aromáticas
2. arancini 3. helado casero de pistacho 4. caponata
2. arancini 3. helado casero de pistacho 4. caponata
17 delikados susurros:
Cómo iba a disfrutar perdiéndome entre los puestos de ese mercado. Me podría pasar horas y horas en el.
Ah, qué buen paseo nos has dado, la verdad que me sorprendió lo mucho que se cultiva en Sicilia.
Estas cuatro últimas fotos, incluso sin hambre, me hacen salivar. Comí los arancini, pero por lo calórico que son solo me atreví en dos oportunidades, una delicia. De las otras fotos, ni idea, pero el que lleva hierbas aromáticas me podría encantar y ese helado tan natural, qué delicia.
Abrazos y Salve
No probaste la caponata Claudia? Yo lo hice en varias ocasiones y ésta de un puesto callejero del mercado fue la mejor. Cuando encuentre berenjenas apropiadas la haré en casa según la receta del libro de cocina siciliana de la blogger de http://lacucinadicalycanthus.net/ He hecho ya dos recetas del mismo y salen muy bien. Un abrazo y salve!
Oteador a mi tampoco me importaría perderme por allí otra vez :-P Un saludo
¡Ay, las caponatas sicilianas! Se me inundan las papilas gustativas solo de recordarlo. Las he intentado reproducir muchas veces, pero ni p'atrás. Supongo que el secreto fundamental está en los ingredientes y, bueno, que las cosas hay que probarlas en su sitio, en su ambiente y en su aire. De la flor de calabaza, no sé si lo dije ya en alguna ocasión, pero es típica de Oaxaca (pronúnciese "uajáca", please), donde se come desde hace muchos años (Carmen Mendoza da una receta en su ultimo post: http://saboreartentusiasma.blogspot.be/2012/10/me-acerco-al-sabor-pero-no-ti.html)
En fin, que qué bueno todo y qué bien se lo ha pasado, Madame.
Una respetuosa reverencia para despedirme, Madame..
Qué curiosas las berenjenas sicilianas, ¿tu madre las plantaba? ¿es italiana? ¡No las había visto nunca! Me hizo gracia en Sicilia cuando me intentaron convencer de que probara el turrón, y yo, diciéndoles, no, si yo como esto siempre en diciembre, ja, ja, había muchas cosas idénticas a las que hay en Tarragona, por ej. almendras y algunos dulces. ¡Me encanta Sicilia!
Un beso,
Marta
Muchas gracias por el enlace Monsieur, dejaré por aquí la receta de la caponata si veo que al primer bocado es capaz de llevarle a uno a la isla en un viajazo espacio/tiempo que ni en Lost vaya :-)
Reciba también su correspondiente reverencia Monsieur, como dos mosqueteros frente a frente.
Mmm, ¡lo que daría por unas buenas flores de calabacín frititas! Qué ricas. Y qué buenas esas arancini, que de vez en cuando comía cuando vivía en Boston (al fin y al cabo la comida italo-americana viene de Sicilia). En fin, que tengo que visitar Palermo y probar estos manjares en su lugar de origen. :)
Besos
Es lo mejor Chic Soufflé, ahora tengo que ponerme firme para eliminar los estragos de los excesos de hidratos de esas semanas... pero ya sabes eso que dicen de "que me quiten lo bailao" :-)
Error, lo he leído con el estómago vacío :-/ Así que tendré que adelantar la hora de mi desayuno :-)
Me encantan los mercados, sobre todo los callejeros, es como tu dices una forma excelente de conocer los países y sus gentes, no hay nada más divertido que una mañana de mercadillo, sin grandes almacenes ni franquicias. Un post muy colorido y suculento. Un abrazo
Jo! como a Monsieur Sorokin la caponata me desquicia, al igual que una receta a la italiana, de uno de nuestros bares preferidos. Podría estar comiéndola siempre. La buscaré en el blog que nos has descubierto. Vaya disfrute amiga...
Un beso
Cristina, espero que después pudieras saciar tu hambre con un buen desayuno. A la caza del mercadillo perdido :-)
Linda Susan te paso la receta por privado, un abrazo.
Marta, tu comentario se me había trasladado a spam menos mal que me he dado cuenta. No no mi madre no es italiana, es cordobesa de los pies a la cabeza, a lo que me refería es que ese tipo de berenjenas se cultivaban antes por aquí, al menos por el sur, pero debe ser que han acabado perdiéndose en los mercados e imponiéndose el otro tipo que conocemos.
Un abrazo
¡Cucuzzas! Esto me ha llegado. La verdad es que los mercados son así, un disfrute y un muestreo del íntimo movimiento de una ciudad. De los mercados a las casas, a los hogares y podemos armar todo. Me ha encantado el paseo. Mil gracias.
Bsos.
Has visto Viena que curiosas? :-) La de cosas que harías tú con ellas! Me declaro adictas a los mercados! Besotes
Italia, amore mio... quiero volveer! Qué maravilla. Un abrazo!
Y yo María :-P Abrazos
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