Hoy hace justo cinco meses que se fue mi abuelo. Hizo del lema "vive y deja vivir" una forma de vida y tengo que reconocer que era mi debilidad. Me caía muy bien el tío, tenía ese puntillo independiente y ermitaño que tanto reconozco en algunos miembros de mi familia, le gustaba vivir a su manera sin interferir apenas en las vidas de los demás y que nadie lo cuidara ni estuviera pendiente de él, a pesar de que hacía años que su compañera de vida, mi abuela, se había marchado. Sólo en sus últimos meses sintió que las fuerzas ya no le llegaban y pidió ayuda, pero aguantó hasta casi cumplir los 93. ¡Bravo abuelo!
A pesar de ser parco en palabras, él con un gesto podía decirlo todo. Como el de la imagen, en el que pacientemente me mondaba las pipas y me observaba mientras yo las engullía. Todas las tardes venía a por mí para darme un paseo y me sacaba una bola de chicle de una maquinita que había al lado de casa de mis padres. ¿De qué color saldrá hoy abuelo? ¿Quién mete ahí los chicles? No consentía relacionarme con nadie que no fuera mi abuelo, iba apañado si alguien se nos acercaba en nuestro momento del día juntos, me ponía hecha un basilisco.
De peque era enclenque y muy chiquitina, niña prematura, además de difícil comer, pero mi abuelo con un solo gesto conseguía lo que nadie era capaz, que me pusiera a zamparme la comida hasta la última gota. Era muy listo, bastaba dibujar en el aire con su mano una avión que despegaba y se iba arriba hacia el cielo, imitando al mismo tiempo con los labios la velocidad ultrasónica. Yo lo miraba con los ojos bien abiertos y pensaba "así de grande voy a ponerme". Pasaron los años, tantos que me da hasta vergüenza reconocer los que tenía, y él seguía pendiente de mi alimentación. Cuando iba a pasar algunos días con mis abuelos a su casa, se le oía sentenciar antes de irse a tomar su café al casino "abuela, cómprale a la niña los yogures y los cereales esos que le gustan".
La niña... para él siempre hasta el final fui la niña. Cuánta ternura.
21 delikados susurros:
Jo, ¡Qué cosa más bonita! Encantada de conocer tu blog :))
Océanos ce amor.
Querida Delikat, me ha emocionado este post. Yo también recuerdo a mis abuelos con mucho cariño... tantas horas que pasé con ellos y en las que me dieron de comer (yo también era mala comedora), jugaron conmigo a cualquier cosa que se prestase y siempre con la sonrisa puesta. Qué majos los abuelos. No sé qué haríamos sin ellos.
Un beso
Gracias Itzi (@miotraella :-), océanos de amor forever!
Chic Soufflé tienes mucha razón los abuelos son lo más, yo los disfruté a los cuatro muchísimo hasta bien grandecita, los cuatro eran bellísimas personas, muy diferentes entre sí, un lujazo!
Un abrazo
Siento que ya no esté contigo fisicamente, a pesar de que es evidente que ha quedado para siempre en tu corazón. Un beso. Soy samarkanda de MQC
Qué sorpresa Samarkanda, hace pocos días me acordé de ti y de las buenas recomendaciones sobre perfumes, esa loca afición nuestra, que me hacías. Me ha dado mucha alegría saber de ti y saber que estabas por aquí leyendo :-)
La verdad que he aprendido una cosa en la vida, que hay que despedir a las personas mayores que se van con su vida bien vivida, sin sufrir, sin hacer ruido, con la mejor de nuestras sonrisas. Puede la tristeza tener un poso de alegría, que va creciendo y creciendo? Creo que sí, sobre todo por lo que tú dices, porque he tenido la fortuna de disfrutarlo y quedará siempre en mi corazón.
Un abrazo
Gracias Delikat por compartir con todos nosotros tu corazón.
Veo que tu abuelo era de los "a la vieja usanza".
Que gran cariño, se nota en sus palabras, que tenía por su abuelo.
Pero que cosas más bonitas le quedan, los recuerdos con él vividos.
Ha sido una suerte tener un abuelo así.
Yo también recuerdo con mucha añoranza a mi abuela, la única que conocí, me enseño a comer de todo y de la vida me enseñó un sin fín de cosas.
Una fotografía de ella la tengo justo encima de la pantalla del ordenador, así que en cuanto levanto la vista del teclado la veo.
Bueno no nos pongamos sentimentales.
Saludos
Gracias por el relato.
Saludos
Qué bonito homenaje, la verdad es que siempre que me encuentro con algo como lo que haz escrito, me pregunto porqué no me he lanzado a hacer uno a mi amada abuela… quizá siempre piense que es será muy difícil hacerle justicia, pero habrá que intentarlo, como lo has hecho tú hoy.
Muchos abrazos
Oh, niña, me has puesto un nudo en la garganta. Bravo pro tu abuelo. Y anhorabuena a ti por haberlo tenido, q es una suerte tener a alguien que sea tu debilidad pendiente de ti, y seas para él siempre la niña (el mío murió hace ya muchísimo). Un beso, guapa, y que pases un buen finde.
Muy bonito compañera. Del mismito corazón. besos
No sé si existe otra vida o no. No lo sé, aunque me gustaría creer que sí. Si existe, Madame, su abuelo la estará mirando con una sonrisa al leer este post.
Hola prima, buen homenaje al abuelo, ojalá tuviéramos todos la calidad de vida que tuve él. "Abuelo, seguro que está la abuela a tu lado, dale un beso grande y dile que os echamos mucho de menos".
Te acuerdas los fines se semana que pasábamos tú y yo en casa de los abuelos y la abuela nos haciéndonos pizza, donuts, gofres. Flipábamos con ella, era muy especial.
Gracias a todos por vuestros comentarios, me han encantado.
Y a mi prima decirle que vaya homenajes que nos dábamos, así hemos salido de gourmets :-)
Un abrazo
¡Muy tierno!
¡Cuánta ternura! Tienes razón Delikat, cuánta ternura también en este post. Creo que todos los que hemos tenido la suerte de convivir con nuestros abuelos estaremos de acuerdo en que encarnan una figura muy especial en nuestras vidas, es algo extraño. A veces me hace reflexionar sobre la vida de hoy día de los abuelos, ahora que es tan difícil tenerlos en casa, porque la gente trabaja y el ritmo de vida ha cambiado tanto, y me pregunto todo lo que se están perdiendo los niños de hoy de sus abuelos. Son personas insustituibles. Los abuelos con su tolerancia, su paciencia, su sabiduría, tan cerca de los niños en la edad de los abuelos, no sé, son demasiadas cosas importantes como para que se pierdan.
Un beso y gracias por compartir este trocito de tu corazón.
De nada Viena, es que él se merecía un rinconcito aquí. Besos
Ains los abuelos. Recordarlos es todo amor. Seré sincera, la descripción de tu abuelo me ha recordado al mío por parte de padre (por parte de madre era bastante abierto y hombre de oraciones). Mi padre siempre dice: "no molestaba a nadie".. Cierto.
Qué bueno, y bonito, que se preocupara de tu alimentación hasta de mayor. Eso es un abuelo y lo demás son tonterías! Vivan los abuelos!
Me he emocionado, qué homenaje tan precioso, me ha traído muchos recuerdos...
Un abrazo muy fuerte
María
Un post entrañable. Sé de lo que hablas porque mis abuelos marcaron mi vida irremediablemente y para mi desgracia, se marcharon demasiado pronto.
bss
:-)
Gracias Pilar, yo tuve la suerte de disfrutar de los cuatro hasta hace poco. A ver si heredo yo esa longevidad y lucidez familiar. Un abrazo
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