La torre de los amores difíciles

Continuando con la recuperación de lugares olvidados,  no podía faltar aquí este rincón situado en la Sevilla de intramuros donde según la leyenda cuenta se desarrollaron los encuentros de amor entre un infante de Castilla y una joven reina. La llamada Torre de Don Fadrique, situada en los jardines del convento de Santa Clara,  ha sido vinculada a lo largo de sus siete siglos de existencia con  estos amores prohibidos y ejercido de testigo, desde su altiva situación, de las pasiones y miserias que han removido desde entonces la ciudad.

Repasemos un poco la historia sin excedernos en detalles. En pleno siglo XIII gobernaba en Castilla el rey Fernando III que al morir su primera esposa, contrajo segundas nupcias con una jovencísima noble francesa, Juana de Pointhieu, que quedó viuda de él a la edad de 22 años. El rey tuvo varios hijos de su primer matrimonio, pero destaquemos a dos de ellos, los infantes Don Fadrique y Don Alfonso (este último sucedería a su padre en el trono bajo el título de Alfonso X, luego llamado “El Sabio”). Cuentan las crónicas rosas de la época que Juana y Fadrique eran casi de la misma edad y que al quedar ella viuda del rey se enamoraron perdidamente y comenzaron a tener clandestinos encuentros en el Alcázar. Para mantener su amor en secreto, dicen que Don Fadrique decidió construir esta torre excusándose en razones defensivas y en la práctica de su afición a la cetrería, pero la sociedad de la época,  imagino que igual de ávida de cotilleo que la actual, llego a tener conocimiento de estos amores y se opuso rotundamente a que una “madrastra” y un “hijastro” fueran felices y comieran perdices. La historia concluyó con la joven reina encerrada en un convento en Francia y el Infante siendo llevado a juicio por traición y condenado a muerte por su hermano Alfonso.

De ser cierta la leyenda ¿se reirían los jóvenes amantes 
del mundo asomados desde esta ventana?

Volviendo a la realidad actual, es una lástima que este lugar tan especial, al que le rodea uno de los jardines más hermosos de la ciudad, siga cerrado al público al día de hoy, incluso arquitectos del renombre de Vázquez Consuegra han reivindicado que sea un espacio abierto para el disfrute de los ciudadanos. Una de las últimas y escasas ocasiones en que abrió sus puertas fue en el año 2000, con motivo del estreno de la obra de teatro “El secreto de la torre de Don Fadrique” de la Cia. La Tarasca. Tuve la suerte de presenciar ese hermoso espectáculo y aún lo recuerdo con una sonrisa en los labios, no sólo por la obra en sí que fue fascinante, un juego de luces y sombras, actores y público interactuando y varios escenarios al aire libre donde se desarrollaba la triste historia del infante y de su espíritu atormentado que regresaba de ultratumba, sino por el maravilloso descubrimiento de este espacio que aún guardo en mi retina. Un sueño de arrayanes, laureles, naranjos y olivos centenarios rodeando una alberca a los pies de la torre,  y en la puerta de la misma  una inscripción en latín que reza:

"Esta torre es fábrica del magnífico Fadrique, podrá llamarse la mayor alabanza del arte y del artífice: a su Beatriz madre le fue grata esta prole del rey Fernando, experimentado y amigo de las leyes. 

Si deseas saber la era y los años, ahora mil doscientos y noventa y dos ya existía la torre serena y amena llena de riquezas".

 La puerta de la entrada a la torre con la inscripción en latín 

Sirvan estas imágenes de la obra de teatro para haceros una ilusión de la leyenda y como una reivindicación para que este emplazamiento tan mágico pueda ser visitado de nuevo. Ojalá no vuelvan a pasar diez años más.

Representación del Rey Alfonso X

Representación del espectro de Don Fadrique

Secretos y confidencias a los pies de la torre




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Al goce y al placer roto ya el dique

te abrazaré, te besaré anhelante,

como al glorioso Fernando

que fue mi fiel esposo apasionado.

Pero la muerte el sepulcro sella,

e inmóvil yace en sombrío lecho;

yo soy, joven y bella,

y aún, ansioso de amor, late mi pecho.

Ven a mi oculto alcázar cristalino;

allí, galanes, de amor henchidos,

bailan con damas de esplendor divino;

y el tropel de los pajes canta y ríe.

Allí crujen las túnicas de seda,

allí resuenan las espuelas de oro;

y tocan los músicos de faz leda

la trompa grave y el timbal sonoro.

Como al glorioso emperador un día

estrecharan mis brazos encendidos:

cuando el marcial clarín estremecía

con besos le tapaba los oídos...
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Final Fantasy - The CN Tower belongs to the dead

Final Fantasy es el proyecto del músico canadiense Owen Pallet. Colaborador frecuente de los grupos Arcade Fire y The Hidden Cameras, sus directos son muy peculiares por tocar el violín con un sample controlado por pedales, en los que crea capas de sonidos que va superponiendo entre sí. Pude ver a este músico en directo en el  2007 y os lo recomiendo aprovechando que visitará nuestro país de nuevo este año. La canción del post pertenece a su trabajo “Has a good home” (2005).