El título de la entrada es un poco exagerado, pero era por introducir algo de humor, que este post es un pelín denso. Lo siento, pero es que me ha resultado muy complicado resumir una de las partes más interesantes del viaje que realicé a principios de septiembre por el Norte de Portugal, la del recorrido por el Valle del Alto Douro, el corazón de la región vitícola que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2001.
Lo primero a destacar es el paisaje natural de esta región. Es asombroso subir el curso del río desde Peso da Régua y ver como los viñedos cubren cada centímetro de las inclinadas laderas que lo rodean hasta donde la vista alcanza (espero que pueda apreciarse en algunas de las fotos que realicé desde una barca con la que recorrí el río) y como las grandes y magníficas quintas de producción vinícola, se van sucediendo haciendo de guardianas del río de Oro. Toda la vida del valle y de sus gentes gira alrededor de la producción del vino. Tuve además la suerte de que en la época que viajé comenzaba la vendimia, por lo que muchos pueblos y aldeas se encontraban en plenas celebraciones y fiestas. Si uno lo piensa bien, son ritos que se remontan 2000 años atrás, cuando los romanos ya cultivaban la uva en el valle y celebraban las primeras cosechas con ofrendas a Baco, en lugar de a la Virgen de los Remedios de Lamego. La estrecha y serpenteante N222 que va bordeando todo el río, es un ir y venir de camionetas “kamikazes” repletas de trabajadores de la vendimia, ya que es mucha la mano de obra que se necesita en estos meses, debido a la amplia extensión de terreno cultivado y a la especial orografía que hace imposible realizar la recolección con maquina.
Lo primero a destacar es el paisaje natural de esta región. Es asombroso subir el curso del río desde Peso da Régua y ver como los viñedos cubren cada centímetro de las inclinadas laderas que lo rodean hasta donde la vista alcanza (espero que pueda apreciarse en algunas de las fotos que realicé desde una barca con la que recorrí el río) y como las grandes y magníficas quintas de producción vinícola, se van sucediendo haciendo de guardianas del río de Oro. Toda la vida del valle y de sus gentes gira alrededor de la producción del vino. Tuve además la suerte de que en la época que viajé comenzaba la vendimia, por lo que muchos pueblos y aldeas se encontraban en plenas celebraciones y fiestas. Si uno lo piensa bien, son ritos que se remontan 2000 años atrás, cuando los romanos ya cultivaban la uva en el valle y celebraban las primeras cosechas con ofrendas a Baco, en lugar de a la Virgen de los Remedios de Lamego. La estrecha y serpenteante N222 que va bordeando todo el río, es un ir y venir de camionetas “kamikazes” repletas de trabajadores de la vendimia, ya que es mucha la mano de obra que se necesita en estos meses, debido a la amplia extensión de terreno cultivado y a la especial orografía que hace imposible realizar la recolección con maquina.
El turismo de la zona tiene varias alternativas y actividades que realizar, no hay tiempo para aburrirse, pues no sólo se puede hacer enoturismo visitando las quintas para hacer catas de vinos sino que también ofrece un puñado de villas y aldeas dignas de visitar (Pinhão, Lamego, Peso da Régua, Armamar, Salzedas, Viseu... ), con monasterios, iglesias y pequeños barrios judios muy interesantes (Ruta del Cister), además de la contemplación de hermosos paisajes naturales y la posibilidad de surcar el río Duero en barco.
Centrándonos en el vino y aunque la mayoría de la uva cosechada se destina a la producción del famoso Oporto, he descubierto que en Favaios se produce uno de los dos únicos moscateles de Portugal (el otro en Setúbal) y que en Lamego hacen un rico vino espumoso, el llamado Raposeira. También se producen buenos vinos tintos, algunos como el de Quinta de la Pacheca o Quinta das Brôlhas son dignos de mención. Pero sin duda, lo que hace famoso al valle, desde que los ingleses comenzaran a explotarlo y exportar al exterior allá por el siglo XVII, es el vino de Oporto.
No me voy a extender en explicaciones sobre estos vinos y sus clasificaciones, que para eso ya lo hace muy requetebien el Instituto dos Vinhos do Douro e Porto, pero sí deciros que el dueño de mi alojamiento rural Outros Tempos, el Sr. Cepeda, era todo un entendido y nos ofrecía en sus magníficas y amenas cenas toda una lección de la historia y los tipos de vinos del lugar con degustaciones incluidas. Nos contaba que si bien las famosas bodegas, muchas de ellas de origen inglés como Taylor, Sandeman, Graham o Croft, han hecho famoso el vino en el exterior, las gentes del lugar siempre han producido su propio vino de Oporto en casa y que a los portugueses les gusta mucho más que el producido por los gigantes bodegueros más enfocado al gusto inglés. He tenido la suerte de probar este vino casero, elaborado con mucho amor y cariño, pues cada dos por tres nos sacaba una copita y una buena tabla de quesos para acompañarlo. Era un manjar de dioses, un lujo sin embotellar ni comercializar.
Guiados por el instinto del Sr. Cepeda nos fuimos a visitar la Quinta de la Pacheca . Podéis ver las imágenes abajo, además de la situada en la cabecera del post tomada de un gran cuadro que presidía la entrada a la Quinta, con el fundador de la dinastía y algunas vendimiadoras. Se trata de una bodega familiar de producción pequeña y artesanal, donde nos hicieron una degustación de menos a más en todos los sentidos, pues conforme nos daban a catar un vino con más solera y por tanto con más ceros en su precio, más bueno estaba el puñetero. De allí me traje un tinto exquisito que habíamos probado en las cenas en Outros Tempos y un Oporto de esos que siguen envejeciendo en la botella mientras más años esté tumbado y quietecito en el lado oscuro de la vida. Dentro de unos lustros podré celebrar mi "madurez a lo Sofia Loren" con un buen caldo de Oporto igual de añejo y espléndido. Seguro que el resveratrol del vino contribuirá a ello, ¡por la Virgen de los Remedios y por Baco que será así!
Jeff Buckley - Lilac Wine
Jeff Buckley, cantautor y guitarrista estadounidense, hijo del también músico Tim Buckley, dotado de una prodigiosa y maravillosa voz. Tras la publicación en 1994 de su primer álbúm "Grace", al que pertenece la versión del clásico de la entrada, la crítica cayó rendida a sus pies y fue considerado toda una promesa de su generación. La vida se truncó para él en 1997 tras morir ahogado en el río Wolf. Siempre nos quedará su música y su hermosa voz.
10 delikados susurros:
Por supuesto, yo que soy un gran amateur de los buenos caldos (lo pongo así porque si digo:"a mí, que me encanta el vino", la gente me va a imaginar sentado en una acera con una botella de tintorro en la mano), he disfrutado mucho con tu post. Por un lado, he ido a Google para comprobar eso que dices del resveratrol, y me he quedado todavía más feliz. ¡Vaya alegría que acabas de darme! ¡El vino tinto además de sabrrrroso, es medicina! Se lo diré a mi médico ;-)
La foto del encabezamiento, fabulosa ¡qué vendimiadoras más étnicas! También he ido a ver lo de tu alojamiento rural, y tiene muy buen aspecto. Los vinos de Oporto, todo el mundo sabe que son excelentes, pero ¿te gustó el vino tinto de la región? a mí, todos los que he probado me han parecido muy ácidos. Para vinos del Duero me quedo con los del otro lado de la frontera, sobre todo con el de Toro.
Vayamos por partes, primero el prometido contacto del exportador de vinos portugueses en la Belgique:
ALLIED VINTNERS INTERNATIONAL
Westpoort 17
B-2070 Zwijndrecht - Antwerpen
Tfno: 37663200
Fax: 37650863
koen@alliedvintners.com
http://www.alliedvintners.org/
El alojamiento de Outros Tempos ha sido maravilloso, merece un aparte. Los desayunos de fábula , la Sra. Cepeda no para de sacar tartas y panes del horno, mermeladas que hace ella de todo tipo de frutas (me regaló una de cerezas y canela exquisita), quesos de la zona, frutas ecológicas, el mejor embutido de la zona y un largo etceterá. Y qué decir de las cenas... ay madre las cenas!. En la casa matriz había una gran mesa de 20 comensales donde se celebraban las cenas y los desayunos y allí la última noche coincidimos con varios matrimonios de la edad de mis padres de Portugal, que eran amantes de la buena mesa y del buen vino y fue divertidísimo. La de cosas que aprendí con ellos. Acabaron cantando viejas canciones de la vendimia que los dueños de Outros Tempos están recopilando para hacer un libro con ellas. La amabilidad y el trato exquisito. Muy recomendable.
En cuanto al vino tinto de la zona es cierto, como nos dijo el chico de la Quinta de la Pacheca que nos atendió y nos guió la cata, que es difícil competir con los Rivera del Duero españoles. Su vino tinto en concreto es un vino fácil de consumir, muy afrutado. Pero el de Quinta las Brôlhas que he comentado antes y que nos dio a probar el Sr. Cepeda era una maravilla, un reserva del 2004 sin nada que envidiar a los españoles
Ah y respecto al resveratrol, en este enlace podéis ver una buena información (el blog de A. David que es una maravilla)
http://juventudbelleza.blogspot.com/2009/05/resveratrol-llave-de-la-longevidad.html
Además lo tomo también en cápsulas, por si no fuera suficiente, pero no me emuléis que vuestra economía y cordura peligra.
Tu blog me evoca, aparte de gusto a roble y aroma de frutas del bosque y frambuesa... Es broma, me evoca tres cosas:
Una película "Entre Copas", título original "SideWays", cine independiente americano.
Un vino, Primicia, de Abadía de Retuerta, http://www.abadia-retuerta.es/default.asp , no pertenecen a la denominación de origen Rivera del Duero porque son indiés, también.
Y una bodega a la que visitar, Arabarte http://www.arabarte.es/
El que quiera disfrutarlos... No sé si son delikatos o no, pero ahí están.
Me ha encantado el post. Obrigado
Muchas gracias por tus informaciones. Voy a ver el website de los flamencos sobre el Oporto y ya de paso, miraré el del resveratrol. He visto en otro sitio que la dosis diaria debe ser de 500 mg y que un litro de vino tinto tiene algo así como 2 mg. Bien. Como, a pesar de mi gusto por tan agradable líquido, empujarse 250 litros al día iba a ser un poco engorroso, voy a mirar lo de las pastillas. ;-)
Ah, me ha encantado tu homenaje a una tierra y sus vinos, hermosa crónica en la cual me uno a su espíritu celebratorio.
Gracias por vuestros comentarios.
Me asombra enormemente la capacidad que tienes para contarnos historias, nos haces soñar y al mismo tiempo nos haces reir. Bravo Jo.
¡Ay si conocieras mi lado zafio!
Estoy de acuerdo con el comentario de sorokin. No hay como el vino toro!!!
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